Con la llegada de un nuevo niño en la familia toda la estructura familiar sufre una serie de cambios, tanto a nivel organizativo como a nivel emocional. La noticia del embarazo suele provocar emociones variadas, que van desde la felicidad extrema a sensaciones de angustia por no saber qué papel adoptará cada uno.
¿Cuál será mi papel como hermano mayor?
Para los hijos mayores, la llegada de un hermano requerirá la atención de los padres. Esto puede provocar resentimiento, y en ocasiones pueden aparecer regresiones de hábitos ya alcanzados (orinarse en la cama por la noche, pedir biberón, etc …). Por tanto, es muy importante la preparación de la llegada del recién nacido y la integración de este a la familia.
A continuación ofrecemos pautas para preparar al hijo mayor por la llegada del bebé.
Durante el embarazo
– Elegir el momento adecuado para explicar el embarazo y siempre adaptando la explicación a la edad del hijo (el momento de dar la noticia siempre es una decisión personal. Hay familias que prefieren explicarlo al principio y otros que prefieren esperar a un estado más avanzado).
– Explicarle que es lo que irá pasando e ir avanzando algunas consecuencias directas que tendrá la llegada del bebé a la familia.
– Darle la oportunidad de que pueda preguntar dudas y explicaros inquietudes, dándole su espacio para que se sienta partícipe en el proceso.
– Recordar su nacimiento y contar anécdotas o historias. A los niños les gusta confirmó que fueron tanto estimados en su llegada al mundo y que se les dio tanta atención como la que ahora requerirá el hermano pequeño.
– Explicarle con antelación cuál será la organización el día del parto y quién lo cuidará.
Después de nacer
– Dedicarle mucha atención el día que venga a conocer al bebé. Poder tener un regalo preparado por él como premio por ser el hermano mayor puede ayudar a hacerlo sentir partícipe en el proceso.
– Intentar no modificar sus rutinas, y si hay que hacer algún cambio, es favorable poder anticiparle.
– Darle un papel activo con las tareas relacionadas con el cuidado del bebé. Es importante que sientan que pueden ayudar y que lo que hacen es importante.
– Darle alguna ventaja de ser el hermano mayor (poder ir a dormir un poco más tarde, por ejemplo).
– Mantener los límites que había instaurados con anterioridad a la llegada del nuevo miembro.
– Intentar dedicarle mucha atención cuando el cuidado del recién llegado lo permita. Reservar un rato diaria para atenderlo y valorar cómo ha ido el día (según edad se harán unas actividades u otras).
Sin embargo, es normal que existan sentimientos de celos y conductas nunca vistas. Los cambios requieren un proceso de adaptación y este proceso variará en función de la edad del niño y de las herramientas que tenga para gestionar esta nueva etapa.
Nieves Dalmau Arís
Psicóloga General Sanitaria. col 21501