Hoy en día estamos inmersos en una sociedad altamente competitiva, y no sólo nosotros, sino también los más pequeños. Todos queremos que nuestros hijos estén preparados para la vida y sean exitosos en ella, pero ¿a qué precio?

¿Nos hemos parado a pensar qué peligros implica ser tan exigentes con ellos?

  • Puede generar un fuerte sentimiento de miedo al fracaso, una pérdida de autoestima y de motivación.

No nos tenemos que olvidar que la infancia es una periodo de aprendizaje. Donde los niños tienen que aprender de manera lúdica y divertida, deben equivocarse, deben ser creativos, pasar ratos jugando y jugando, deben pasar tiempo con otros niños, etc. Tenemos que aprender a ajustar nuestras expectativas y evitar generar una presión innecesaria en los niños.

Los niños no necesitan ser los mejores, sino simplemente ser felices. Debemos quererles, protegerles, darles apoyo, hacerles reír, dejarles escoger, respetarles, en definitiva dejemos que sean felices.

Marta Creus Culubret
Psicóloga General Sanitaria. Col 18016
Especialista en neuropsicologia infantil, atención precoz y trastornos de aprendizaje.